Los pigmentos de óxido de hierro son una clase de pigmentos inorgánicos cuyos componentes principales son óxidos o hidróxidos de hierro.
Poseen propiedades químicas estables, como resistencia al desvanecimiento tras una exposición prolongada a los rayos ultravioleta y a la luz solar. Además, su color permanece estable a altas temperaturas (típicamente por encima de 150°C), y muestran una alta tolerancia a ácidos débiles, álcalis débiles y agua.
Los pigmentos de óxido de hierro son no tóxicos y no radiactivos, lo que permite su aplicación en materiales de embalaje en contacto con alimentos.